En algún momento hemos escuchado a otros(as) decir “tenemos una relación tóxica”, “mi novia/novio es bien tóxica/o”. Pero, a ciencia cierta… ¿Qué es una relación tóxica?
Para comenzar, hay que aclarar que no existen las relaciones tóxicas, sino relaciones de noviazgo violentas. El término de “tóxico” se volvió popular por su uso en las redes sociales, sin embargo, cuando reducimos una problemática a un concepto que nada tiene
que ver, resta importancia y no permite que se visualice la gravedad de la situación. Ni las personas ni las relaciones son tóxicas, por el contrario, son codependientes, destructivas y violentas. Y créeme, eso no es nada gracioso, por lo mismo es indispensable nombrar las cosas como son. Para que te des una idea…de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo (2019), en México, 76% de las personas jóvenes de entre 15 y 17 años han sufrido violencia psicológica, 17% sexual y 15% física.
¿Pero cómo? Yo no veo que se golpeen o se lastimen.
Precisamente, la violencia en el noviazgo se entiende como una serie de comportamientos que buscan lastimar, humillar o controlar a una persona involucrada en una relación de pareja. Puedes sufrir maltrato aun cuando no hay alguna agresión física.
Existen diversas formas de ejercer la violencia en el noviazgo:
¿Pero si siempre fue muy lindo/linda?
Los procesos de violencia suelen ir escalando, pues al inicio, todo parece una relación normal y feliz hasta que existen eventos detonantes de las conductas violentas, que poco a poco van modificándose a este proceso se le conoce como “Círculo/ciclo de la
violencia”, en este se pueden ver las etapas que ocurren durante una relación violenta.
La primera etapa es muy sutil, pues empieza con violencia psicológica, actos que pueden pasar desapercibidos. Durante la misma, puedes experimentar sentimientos de tensión, nervios o de confusión.
La segunda etapa, es cuando se desatan las agresiones físicas y/o sexuales. Hay sentimientos de temor, aislamiento y constante amenaza.
La tercera etapa pasa después de las agresiones, la otra persona vuelve a ser romántica, dulce e incluso reconoce sus actos prometiendo “no volverlo a hacer”. Y, el ciclo vuelve a ocurrir.
Pero… Si hay violencia, ¿por qué no salen de ahí?
A lo largo de todo el ciclo existe la codependencia emocional. Ese sentimiento de que sin esa persona “no vales nada”, de que “nadie te amará como esa persona”.
Las personas víctimas de violencia pueden llegar a sentir: vergüenza, coraje, desesperanza, culpa, tristeza, impotencia, miedo, negación, etc.
Las secuelas de la violencia en el noviazgo pueden generar baja autoestima, inseguridad, aislamiento, depresión, vergüenza, abuso de sustancias, trastornos alimenticios, incapacidad de relacionarse, e incluso el suicidio.
¿Qué hacer sí vivo una relación violenta?
Recuerda. Un método de la persona agresora para mantener la violencia hacia las víctimas es el aislamiento para que no pida ayuda. Por ello es muy importante contar con una red de apoyo. Estás pueden ser formales o informales. El apoyo que pueden brindar es desde acompañamiento emocional, ayudar a recibir orientación o información e incluso gestionar o proporcionar recursos económicos, vivienda o sustento mientras sales de una situación de violencia. En todos los casos deben ser personas de tú confianza, que no te juzguen, sí tú red de apoyo trata de obligarte a algo que no quieres; no es fiable.
Generemos redes de apoyo con empatía y solidaridad para las personas que viven violencia, a veces sólo necesitan ser escuchadas.
Fuente: Edith Granados Balderas (Et. Alt) #JuventudEsSinViolencia Guía para jóvenes en prevención de violencia en el noviazgo, FAJ-Fundación Avon, 2022.